Hola, mi nombre es Rubén Pizarro. Nací y crecí en Salinas y estoy orgulloso de ser producto de este vibrante valle agrícola. De joven, experimenté algunos traumas, tomé malas decisiones y obtuve muy malas calificaciones en la preparatoria. Estaba ‘perdido’ y no tenía idea de lo que quería hacer con mi vida, pero sabía que quería hacer que mis padres se sintieran orgullosos. Comencé mi educación superior en Santa Barbara City College y luego completé mi licenciatura con altos honores en Sociología en UC Santa Barbara (¡Go Gauchos!).
Con el deseo de marcar una diferencia para las familias trabajadoras, asistí a la Facultad de Derecho de Santa Clara, donde, como estudiante de segundo año, cofundé el Centro de Derecho Comunitario del Este de San José (ahora el Centro de Derecho Comunitario Katharine & George Alexander), que, más de 25 años después, sigue brindando servicios legales gratuitos a cientos de familias de bajos ingresos cada año. Me convertí en abogado de planta en la Asistencia Legal Rural de California en Salinas, donde representé a los trabajadores agrícolas durante varios años antes de comenzar a enseñar Gobierno y Economía en Alisal High School en 1999.
Mi familia y yo fundamos la Academia de Sueños del Valle de Salinas debido a nuestro intenso deseo de retribuir a la comunidad que nos ha dado tanto y de brindar a los jóvenes las oportunidades y el empoderamiento personal y colectivo que necesitan para alcanzar su máximo potencial y brillar como las estrellas que son. Mis valores y visión me fueron inculcados por mis padres, Domingo y Lucila Pizarro, quienes emigraron de Durango, México, para que sus hijos pudieran tener una vida mejor. Mi esposa, Lorena Silva, nació en Sonora, México, y emigró a los Estados Unidos en el quinto grado. Mis dos hijos, Mariela y Marco, se graduaron de la Universidad de Stanford. Mariela es maestra de segundo grado en la Escuela Primaria Lincoln y Marco acaba de graduarse con un título en computación. Agradezco a Dios por mi familia y porque Él me ha mostrado gracia y me ha permitido usar mi tiempo, talentos y tesoros para servirle y vivir una vida con propósito sirviendo a mi familia, mis estudiantes y mi comunidad. ¡Es un privilegio y un honor ser Su embajador! 🙏
«Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito.» Romanos 8:28